Las especias y la sal son nuestras principales armas para dar más sabor a los alimentos, pero la forma en que los cocinemos también puede ayudarnos a ello.

Existen muchas formas de potenciar el sabor de los alimentos que cocinamos sin necesidad de recurrir a la sal u otras especias. Simplemente hay que buscar la manera más respetuosa de cocinar el alimento para que sus jugos no se pierdan y con ellos el auténtico sabor. Toma nota de estos consejos:

• La carne, poco hecha y a la plancha. Cuando la sartén esté bien caliente, añade la carne para que coja un dorado inicial y no pierda sus jugos. Baja el fuego un poco, deja que se vaya haciendo y súbelo al final, aunque no conviene que quede excesivamente cruda porque incluso te podría ocasionar problemas digestivos.
• Guisos y estofados con caldo casero. En lugar de usar agua, utiliza caldos caseros cuando cocines guisos, cocidos o estofados, así quedarán mucho más sabrosos.
• Sácale partido a tu horno siempre que puedas. Te permite que los sabores no se pierdan e incluso que improvisemos con condimentos, hierbas e incluso bebidas con alcohol. Por ejemplo: el pollo queda delicioso con un poco de vino o cerveza y el conejo, resulta exquisito con tomillo y vino tinto. La cocción al papillote (se envuelve el alimento y su acompañamiento en papel vegetal y se cierra bien), es una técnica muy sana y muy rápida que permite la cocción de pescados, verduras, frutas y carnes. No es preciso añadir demasiado aceite ya que al estar cerrado el alimento absorberá el sabor de cítricos, pimienta y otras especias o de vino tinto, pimienta y sal.
• El vinagre da sabor y endulza. El grado de acidez del vinagre destapa y potencia el verdadero sabor de los alimentos pero también es cierto que añadiendo unas gotas a determinados alimentos ácidos logras que sabor sea más dulce. Ese resultado es bastante llamativo, por ejemplo, con las fresas, si las encuentras muy ácidas colócalas en un bol, añade un poco de agua y unas gotas de vinagre.