7 secretos para no pasar hambre

abr 27



  1. Aburrida, nerviosa - En la nevera no está la solución. Sal a dar un paseo, llama a una amiga, ocupa tus manos resolviendo un crucigrama, cosiendo o pintándote las uñas... Así evitarás la llamada "hambre nerviosa" que no es hambre real.
  2. Compra inteligente - Compra unidades individuales de aquellos alimentos con los que te sea difícil parar. A menudo comemos más cantidad cuando no estamos preocupados de que se nos acabe el producto o cuando el precio no es importante.
  3. Céntrate en comer - Si comes mientras haces otras cosas, al final no nos damos cuenta ni de la cantidad ni de la calidad de lo que ingerimos. Por ello, intenta dedicar un tiempo al puro acto de comer y evita hacerlo mientras ves la tele, lees o piensas en las musarañas.
  4. No mires el reloj - Lo aconsejable es distribuir las comidas a lo largo del día de una forma lógica según tu vida e intentar cumplir "tu horario". Pero si un día, por alguna circunstancia, has comido entre horas y no tienes apetito, escucha a tu estómago y no comas de nuevo.
  5. No te saltes las comidas - Las personas que lo hacen suelen presentar un hambre descontrolada que ninguna señal biológica es capaz de saciar. No dejes que tus células sufran privaciones, de lo contrario, presentarás un apetito atroz difícil de satisfacer.
  6. Cambia tu actitud en la mesa - Come despacio, tu cerebro necesita al menos 20 minutos para recibir la señal de saciedad de tu cuerpo así que para no comer más de la cuenta, come despacio y dale tiempo. Siéntate, comer de pie es un desperdicio y encima, engorda. Coge lo que te apetezca de la nevera, ponlo en un plato (asi verás las cantidades) y siéntate. Saborea, no mastiques, degusta. Descubre los sabores y matices de todo aquello que tomes. Es una pena que algo tan delicioso y placentero se convierta en rutina y ansia.
  7. Sin sentirte culpable - Comer no es ningún pecado ni algo por lo que debas sentirte mal. Si las cosas no han ido bien, recuerda que todos los momentos son buenos para empezar a hacer las cosas como uno quiere. Mientras no elimines ese sentimiento de culpabilidad te será difícil tener una relación estable con la comida.
Si comes una pieza de fruta cuando te asalte el ansia por una tentación, tomarás menos porción de ésta.


Alimentos que calman la ansiedad:

Plátano: su cremosidad y dulzor liberan relajante dopamina y el triptófano que contiene aporta bienestar y relax. Es un mito que engorde mucho: un plátano mediano solo aporta 120 kcal.

Legumbres: Al contener proteínas, minerales y carbohidratos de absorción lenta, ayudan a mantener los niveles de glucosa estables, lo que evita los "bajones" que nos empujan a comer más y peor.

Calabacín: contiene mucha agua, por eso te llena aunque aporte pocas calorías (19 kcal por 100g). Por si fuera poco, es fácil de digerir y diurético, siempre que no se consuma frito.

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